martes, 19 de junio de 2012

Tolkien, La Tierra Media y yo mismo


Creo que ésta merece ser mi segunda entrada en el Blog después de la ''Introducción'' que yo, personalmente, necesitaba.
Creo que necesito esta canción  para crear ambiente, para que todo lo que tengo escondido en los recónditos rincones de mi cabeza salga en orden, para expresar todo lo que quiero, que es mucho, sobre este tema.

Yo siempre fui un niño (incluso ahora que ya no lo soy), que amó los libros, que disfrutaba viviendo aventuras que no podía vivir en la vida real a través de ellos, conociendo gente que se parecía más a mí aunque no existieran, que las personas de la vida real. Disfruté leyéndolos, llorando con ellos, o riendo, pero nunca me había empecinado en un autor, siempre leía algo de aquí, algo de allá, un poco de todo, curioso, ahora.
Mi vida se desarrollaba ajena a la literatura, no era la vida que soñaba, pero valía. La literatura era un entretenimiento más, una parte de mi vida junto con otros entretenimientos de la edad, pero nada importante,  me daba igual que a mis amigos no les gustase, o que no pensaran que yo, al igual que ellos, le tenía alergia a los libros.
Pero todo eso, toda mi vida, cambió, y cambió gracias a un hombre, y a lo que hizo en su vida, me gustaría llega a una décima parte de lo que él hizo, y sería ya algo superior a mis expectativas.
La primera vez que vi su nombre, no fue en la tele, ni en ningún otra cosa parecida, fue en un libro, y yo no lo buscaba, fue algo totalmente al azar, ¿el destino? Quizá.

Corría el año 2001, tenía yo 6 años, y como cada año estaba en la feria del libro de mi ciudad, que no era ni es gran cosa, estaba en mi caseta favorita, la de literatura infantil-juvenil, y una portada me llamó la atención. El libro era de bolsillo, de unos 20 centímetros de alto por 7 de ancho, con los bordes dorados, y unas extraños símbolos (runas, ahora). La portada representaba una escena de batalla, y una ciudad de enormes murallas blancas, asediada.. En la parte superior dos palabras sin significado para mi: El Simarillion y justo debajo: Tolkien. El niño que era se sintió atraído por la portada, sin saber nada más, bendita la ignorancia de entonces, que hubiera pasado si no hubiera sido así.

Mis padres me compraron ese libro aquel  día, y yo no lo sabía, pero acababa de cambiar mi vida.
En contra de lo que podéis pensar, El Simarillion, no me gustó de manera especial, ahora entiendo que no fui capaz de captar la enormidad del mundo que había visitado de manera fugaz, mi mente se vio totalmente sobrepasada. Seguí ''felizmente'' en los siguientes meses, nada había cambiado.
Lo recuerdo ahora, cada detalle, volvía a la feria del libro, esta vez del año 2002, como volviendo a mis orígenes, en una especie de Flash-back. Volvía a la misma caseta, y volvía a tener un libro en mis manos, un libro parecido al del año anterior, de bolsillo, con el borde dorado lleno de símbolos y dos nombre, El Hobbit, y justo debajo, como en la anterior ocasión, Tolkien.
Esa fue la primera vez que me maravillé con un libro de verdad, antes había afirmado que me gustaba, o encantaba tal libro, pero con ése, supe de verdad lo que significaba ''querer'' un libro.
Conocí a los hobbits, esa entrañable gente con la que nunca me había encontrado hasta entonces; ya por entonces el nombre de Tolkien empezaba a sonarme.

Recuerdo que por entonces ya me gustaba el cine, menos que ahora, pero cierto día, pasé con mi padre, con el que comparto mi afición por el buen cine épico, por delante del cine más grande de mi ciudad, en una de las salas, El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, parecía interesante, ¿no?, y más después de ver en mi casa el ''trailer'' de esa misma película.
No tuve que rogarle mucho a mi padre para que fuéramos a verla. Aún me recreo con las escenas de La Comarcca, tan increíblemente recreadas por Peter Jackson, o el miedo de Moria, magistral....Salí de esa sala impresionado, nunca una película me había impactado tanto.

Los años pasaron, y yo fui creciendo, y en contra de lo que se dice, los gustos con la edad, a veces, no cambian..
Volví al cine con Las Dos Torres, y mientras yo me enteraba de casualidad que esas películas estaban basadas en libros, de J.R.R Tolkien, admito que me quedé sorprendido, pero pronto tornó en entusiasmo, busqué en la biblioteca pública y encontré las tres partes, las devoré; era demasiado pronto para apreciarlos.
En 2004 acabó la saga con El Retorno del Rey, con ésta, Jackson se superó, la mejor película que he visto en mi corta vida.

Ahora, añoro esos tiempos, en los que se hablaba de esas películas en todas partes, de los libros, de Tolkien, era muy joven para disfrutarlo.
Entonces se acabaron las películas, tenía que buscar todo eso en los libros, y lo hice. Me releí El Simarillion, El Hobbit, El Señor de los Anillos, busqué los Cuentos Inconclusos, y todo lo que me decían de Tolkien.
Me apasionaba, me apasionaban sus descripciones, los paisajes de La Comarca, que veía en mi cabeza, la profundidad de su mundo, su geografía, su cultura, su lengua, TODO, era como un mundo aparte de éste, pero igual de real.
Tolkien me dio un mundo en el que refugiarme cuando estaba mal, donde evadirme, donde siempre era bien recibido.
Nunca me había centrado, hasta entonces, en un solo autor. Entonces lo hice. La literatura pasó de ser un entretenimiento más a parte fundamental de mi vida, y aun sigue.
La Tierra Media  cambió mi vida, ¿cómo hubiera sido de no haberla conocido? No lo sé, puede que mejor, quien sabe.

Por todo decidí crear este Blog, no solo iba hablar de Tolkien, pero si quería hacerlo por encima de cualquier otra cosa, porque yo aun lo recuerdo, aunque la gente ya no hable de él, y porque me gustaría, que todos aquellos que compartan ese gusto por él,  tengan aquí un lugar de reunión.
No será la última vez que hable de él, siento que me he dejado muchas cosas en el tintero, pero ahora mismo no se como expresarlas.

Si alguien ha leído ésto mil gracias.

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